Durante de su trabajo con caballos Henry ha descubierto que la seguridad que le transmite al caballo le da la oportunidad de sobreaprender experiencias traumáticas en muy poco tiempo. Esto sucede en un espacio neutral, por así decirlo, en el que el caballo se mueve libremente dentro de lo posible. Esto le da al caballo la oportunidad de ver el evento desde la perspectiva de un potro / caballo joven, y revivirlo como un nuevo evento no traumático. El caballo indica, principalmente al bostezar, que la tensión originalmente adquirida a través del trauma se disuelve.
Reconoce conexiones que permanecen ocultas para la mayoría porque mira al caballo como un organismo completo, cada minúsculo detalle, ya sea en el movimiento, en la respiración o en cualquier otro lugar, es significativo.
Síntomas como el pánico, la agresión, la apatía, el morder, desgana , etc., generalmente son sobreaprendidos por Henry en pocos días, dandole al caballo la seguridad necesaria para generar confianza en muy poco tiempo.
Crea un ambiente despreocupado y ligero en el que el caballo puede abrirse, soltarse y dejar que su verdadera personalidad salga a la superficie.
Debido a que tiene una habilidad extraordinaria para explicar las conexiones de forma lógica y clara, las conclusiones son comprensibles para todos.